Este fin de semana, que hemos tenido pasado por agua, me lo he pasado al ladito del horno. He empezado a preparar cositas para el cumpleaños de mi peque, que falta muy poco y he tenido que realizar mi último encargo.
Se trata de un pastel pequeño que una amiga le quiere regalar a otra por su cuarenta cumpleaños.
El pedido era claro: algo elegante, con flores de diferentes tamaños en tonos lilas... Hasta aquí todo normal ¿no?
No se si a la cumpleañera le hará mucha gracias, pero espero que disfrute de su pastel de chocolate para hacer más llevadero el cambio de década.
Hasta muy prontito...
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